De repente, la cuestión pasa por encontrar la clave para estar en paz con uno mismo, buscando la forma de que algunos se den cuenta que no estamos en el escenario mitológico en el que los “dioses” quieren creer que están manejando la vida de los “mortales” a su antojo.

Lo logran: la mayoría de las veces, … no hay duda…: juegan con la nobleza de los demás, a sabiendas de que hay en la arena valores como abnegación, amor por lo que se hace, respeto, educación y esa cuota de amor propio que empuja a dar el paso al costado para esperar el reconocimiento que,- raras veces- llega, y eso siempre y cuando, esté marcado en la conjunción de la Carta de los Astros que ellos mismos diseñan permanentemente.

El desafío más fuerte -al que me enfrento casi a diario-, pasa por la búsqueda del equilibrio de estar seguro de lo que hago; por la apertura de mi pensamiento a modificar mi infraestructura, y por la adecuación que la sensatez de la trompada que recibo cuando difiere diametralmente del camino hacia donde me dirijo, me llevan a aceptar que no soy propietario de la verdad de todo lo que pienso, ni merecedor de todos los laureles que quiero creer que me merezco.

Por esos caminos, a los tropezones, ando…

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Suddenly, the thing happens to find the key to be at peace with oneself, looking for the way that some realize that we are not in the mythological scenario in which the "gods" want to believe that they are managing the lives of the "deadly" at will.

They succeed: the misery of the times, ... no doubt ..: they play with the nobility of others, knowing that there are values ​​in the arena such as abnegation, love for what is done, respect, education and that share of self-esteem that pushes us to step aside to wait for the recognition that, sometimes, arrives, and that as long as it is marked in the conjunction of the Charter of the Astros that they themselves design permanently.

The strongest challenge-which I face almost daily-goes through the search for the balance of being sure of what I do 'by opening my mind to modifying my infrastructure, and by the adequacy of the good sense of the punch I receive when it differs diametrically from the path to where I am heading, they lead me to accept that I am not the owner of the truth of everything I think, nor deserving of all the prizes I want to believe I deserve.

For those roads, to the stumbles, I walk ...