lo que inspira

 

muchas veces me sorprende, a la hora de colocarme a cierta distancia de lo creado, el camino recorrido para llegar a tal resultado (y no me estoy refiriendo a la calidad del mismo, sino a la mirada del propio proceso), porque el destino del mismo parece como un abrojo que uno lo lleva prendido, muchas veces, sin darse cuenta hasta que el pinchazo que provoca el contacto con la piel, hace caer en cuenta que esta ahí.

 

para mis investigaciones en el proceso de unir arte y gastronomía, sin querer; queriendo (y no por parafrasear al Chavo); consciente o inconscientemente, estoy en guardia, al acecho de elementos que me provoquen el disparador para crear y ese entusiasmo que casi raya en la euforia, en la desesperación a la hora de construir, llega por caminos diferentes, de la misma manera que lo es cuando transito en las artes plásticas.

 

recuerdo que cuando tenia el maravilloso espacio de mi studio en Warner, aquel ático que resultaría ser el sueno de cualquier creador, iba formando mi colección de objetos que servían de inspiración para los cuentos que terminaban plasmados en los lienzos o las áreas que ofrecían  las piezas que habían pertenecido a muebles viejos, para rescatarlos del desecho; 

o aquellas hojas autoadhesivas de colores tenues, que iba pegando de uno de los techos en declive, con pedazos de canciones que me inspiraron tanto.

 

ayer encontre en un pulguero una copa de metal plateado: me estaba llamando, fue como un amor a primera vista: fue verla y poner en ella, en fracción de segundos, la imagen de una pera al vino cubierta con plateado a la hoja (rasgado en algunas partes para mostrar su esencia) mostrándose en una coherencia de contemporaneidad, decadencia y voluptuosidad.

 

no tenia ni la pera, ni el plateado a la hoja para plasmar la idea, si la ansiedad de experimentar con la copa, así que tome los elementos que estaban a mi alcance y empece a recrear el típico pionono de atún colocado en la copa de manera de espiral descendente, cuando en el armado, me enfrento a la fragilidad de la masa que comienza a desintegrarse por la humedad, zacate (mil intentos y un invento), hasta que con los trozos que recupero, logro armar, lo que la imagen gráfica muestra en la foto.

 

quiero mostrar el resultado, porque me interesa mostrar el proceso, como cuando lo hice en la ocasión en que  ensaye la Masa Sablee para las tarteletas, hace un tiempo atrás.

 

de lo que se trata, por lo menos para mi, es de encontrar el medio que me permita ensamblar emociones, ideas y creatividad, a través de las artes, sean cuales fueren.

 

me voy a buscar las hojas de plateado y las peras, despues veremos en que termina todo esto.